Hace poco, conversando con un grupo de amigas les pregunté si, de poder elegir, preferirían envejecer y volverse sabias o bien mantenerse por siempre jóvenes. Algunas en broma, y otras no tanto, eligieron la segunda opción.
¿Porqué nos cuesta tanto aceptar perder la lozanía?
Es que envejecer significa aceptar el cambio y las pérdidas, por lo tanto es lógico que haya resistencias. Pero si además de ver nuestra cara con arrugas y constatar que los hombres ya no se dan vuelta a mirarnos, podemos celebrar nuestros aspectos sabios y compasivos, entonces comprenderemos que cedemos algo para ganar otras cosas.
Y a medida que el tiempo pasa, si una es sabia o tiene suerte se descubrirá valiosa por cosas que tienen que ver con su profundidad y que no se ven cuando entra en una sala, pero allí están, brillando en su interior.
Jean Shinoba Bolen- Las diosas de cada mujer.
Aulli2 en el Bosque de las Mujeres que corren con lobos


GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS!
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