La doble Naturaleza de la Mujer

«La mujer que saca a la luz el antiguo secreto de su doble naturaleza, exterioriza por un lado a un ser que se desenvuelve a la luz del día ,  práctico,  muy humano,  fácilmente observable. Por otro, la criatura interior que aparece y desaparece fugazmente pero muestra rápidamente lo sabio, lo sorprendente, lo original.»

 Cualquiera que se acerque a una mujer se encuentra de hecho en presencia de dos mujeres, un ser exterior y una criatura interior, una que vive en el mundo de arriba y otra que vive en otro mundo no tan fácilmente visible. El ser exterior vive a la luz del día y es fácilmente observable. Suele ser pragmático, aculturado y muy humano.

 En cambio, la criatura interior suele emerger a la superficie desde muy lejos, a menudo aparece y desaparece rápidamente, pero siempre deja a su espalda una sensación de algo sorprendente, original y sabio.

 La comprensión de esta doble naturaleza de las mujeres hace que a veces los hombres, e incluso las propias mujeres, cierren los ojos y pidan ayuda al cielo. La paradoja de la doble naturaleza de las mujeres consiste en que, cuando una de ellas se muestra sentimentalmente más fría, la otra es más ardiente. Cuando una mantiene unas relaciones más intensas y enriquecedoras, la otra puede mostrarse ligeramente glacial. A menudo una de ellas es más feliz y elástica mientras que la otra anhela «no sé qué». Una puede estar contenta y la otra puede experimentar una agridulce nostalgia. Estas «dos mujeres en una» son unos elementos separados pero unidos que se combinan en la psique de mil maneras distintas.
Esta dualidad provoca desconcierto e incertidumbre, incluso en ellas mismas. Cuando estas dos poderosas fuerzas femeninas son ignoradas y no se integran se producen desequilibrios importantes. 

  Cuando la doble naturaleza se mantiene unida en la consciencia surge un enorme poder que puede ser maravillosamente compartido.

 Fuente: Clarissa Píkola-«Mujeres que corren con lobos»

  dedicado a: «Las Mujeres Salvajes»

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El Despertar Femenino.-

-La Abuela Margarita- 
 
"El cambio viene de la mano de las mujeres".
"Durante miles de años la mujer estaba considerada igual al hombre y nunca se envenenó la Tierra". 
 "El despertar femenino corresponde al corazón y afecta por igual a hombres y mujeres".
 "El papel de la mujer es valorarse y honrarse a si misma, y enseñar a los hombres a Amar y respetar la Tierra".
Luna
"Según los ciclos mayas de 13 años, a partir de los 52 años las personas se abren a la Maternidad-Paternidad Universal;
 es una época ideal para compartir experiencias y sabiduría, dejar el victimismo y decir:
 ¡Aquí estoy!"
 

Heredera de la tradición Maya, la Abuela Margarita es, a sus 76 años, es una mujer que emana Sabiduría, Alegría y Fuerza.
 Recorre el mundo transmitiendo mensajes rotundos sobre el despertar de lo femenino en hombres y mujeres,
 la Sacralidad de la Madre Tierra, nuestra naturaleza espiritual y el Poder que todos tenemos.
 
 

Soy el Poder dentro de Mi
Soy el Amor del Cielo y la Tierra
Soy el Gran Espíritu y Soy eterno
Mi vida está llena de Amor y Alegría

Nota

Luna llena, Luna lena

llename, llename de Amor.

Abuela Luna, Abuela Luna

cambia mis Sentimientos en puro Amor.

Arco iris

 
 
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La piel del Alma

 

¡Quédate sin Vida, quédate sin techo, quédate sin nada!

pero

¡No te quedes sin el Alma!

 

 Cualquier mujer que permanezca demasiado tiempo alejada de su hogar espiritual, se cansa. Tal como debe ser.

Entonces busca de nuevo su piel para recuperar el sentido del yo y del alma y restaurar su perspicaz y oceánica sabiduría.

Este gran ciclo de ir y volver, ir y volver, posee en el interior de la naturaleza instintiva femenina un carácter reflejo

 y es innato en todas las mujeres a lo largo de toda la vida, desde la infancia, la adolescencia y la edad adulta,

pasando por el amor, la maternidad, el arte y la sabiduría hasta llegar a la vejez y más allá de ésta.

Estas fases no tienen por qué ser necesariamente cronológicas, pues muchas veces las mujeres de mediana edad son unas recién nacidas,

las ancianas son unas amantes apasionadas y las niñas pequeñas saben muchas cosas acerca de los encantamientos de las brujas.

Una y otra vez perdernos esta sensación de encontrarnos por entero en nuestra piel por los motivos ya mencionados

y también a causa de un prolongado cautiverio. Las que se esfuerzan demasiado y sin el menor descanso también corren peligro.

La piel del alma se desvanece cuando no prestamos atención a lo que estamos haciendo y, sobre todo, a lo que ello nos cuesta.

Perdemos la piel del alma cuando nos dejamos arrastrar demasiado por el ego, cuando somos demasiado exigentes y perfeccionistas’,

cuando nos dejamos martirizar innecesariamente, nos dejamos arrastrar por la ciega ambición, nos sentimos insatisfechas

—a causa de nuestro yo, de la familia, de la comunidad, la cultura, el mundo— y no decimos ni hacemos nada al respecto,

cuando fingimos ser una fuente inagotable para los demás o cuando no hacemos todo lo que podemos para ayudarnos.

Hay tantas maneras de perder la piel del alma como mujeres hay en el mundo.

El único medio de conservar esta esencial piel del alma consiste en mantener una exquisita y prístina conciencia de su valor y su utilidad.

Pero, puesto que nadie puede mantener constantemente una profunda conciencia,

nadie puede conservar por entero la piel del alma a cada momento del día y de la noche.

Sin embargo, podemos cuidar de que nos la roben lo menos posible.

 Podernos desarrollar aquel ojo agudo que vigila las condiciones que nos rodean y defiende nuestro territorio psíquico

Clarissa Pínkola

Mujeres que corren con lobos.

Compartido por la loba solitaria

para; http://www.facebook.com/pages/Mujeres-que-corren-con-lobos/491880125646

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La entrega de la lágrima

Luna

En la mitología griega,

había un hombre llamado Filoctetes. Dicen que heredó el arco y la flecha

mágicos de Heracles. Filoctetes resultó herido en un pie durante la batalla.

Pero la herida no sanaba, despedía un olor tan nauseabundo Y sus gritos

de dolor eran tan espantosos que sus compañeros lo abandonaron en la

isla de Lemnos y allí lo dejaron solo para que se muriera.

Filoctetes evitó morirse de hambre utilizando el arco de Heracles

para cobrar pequeñas piezas de caza. Pero la herida se le enconó Y el

hedor era tan desagradable que cualquier marinero que se acercara a la

isla tenía que desviarse rápidamente. Sin embargo, un grupo de hombres

decidió enfrentarse con el hedor de la herida de Filoctetes para robarle el

arco y la flecha mágicos.

Los hombres lo echaron a suertes y la tarea le tocó al más joven 7.

Los mayores lo animaron a darse prisa y a viajar al amparo de la noche.

Así pues, el más joven se hizo a la mar. Pero, sobre el trasfondo del olor del

mar, el viento le llevó otro olor tan horrible que el joven tuvo que cubrirse

el rostro con un lienzo empapado con agua de mar para poder respirar.

Nada, sin embargo, podía proteger sus oídos de los desgarradores gritos de

Filoctetes.

La luna estaba cubierta por una nube. Muy bien, pensó él mientras

amarraba su embarcación y se acercaba sigilosamente al atormentado

Filoctetes. En el momento en que alargaba la mano hacia los ansiados arco

y flecha, la luna derramó súbitamente su luz sobre el macilento rostro del

anciano moribundo. Y algo en el joven -éste no supo qué- lo indujo

repentinamente a echarse a llorar y entonces se sintió invadido por una

profunda compasión.

En lugar de robar el arco y la flecha, el joven limpió la herida de

Filoctetes, se la vendó y permaneció a su lado, dándole de comer,

lavándolo, encendiendo hogueras y cuidando de él hasta que pudiera

llevárselo a Troya, donde lo podría curar el semidivino médico Asclepio. Y

así termina la historia.

La lágrima de compasión se derrama en respuesta a la

contemplación de la maloliente herida. La maloliente herida tiene distintas

configuraciones y orígenes en cada persona. Para algunos significa pasarse

la vida escalando sin descanso y con gran esfuerzo la montaña, para

descubrir demasiado tarde que han estado escalando la montaña que no

debían. Para otros son las cuestiones no resueltas y no curadas de los

malos tratos sufridos en la infancia.

Para otros es una dolorosa pérdida en la vida o en el amor. Un joven

sufrió la pérdida de su primer amor, no tuvo apoyo de nadie y no supo

cómo curarse. Durante años anduvo destrozado por la vida, por más que él

insistiera en afirmar que no estaba herido. Otro era un jugador novato de

un equipo profesional de fútbol americano. Un día se produjo

accidentalmente una lesión permanente en la pierna y su sueño de toda la

vida se esfumó de la noche a la mañana. La maloliente herida no fue sólo

la tragedia o la lesión sino el hecho de que, durante veinte años, sólo

aplicara a la herida la medicina de la amargura, el abuso de

estupefacientes y las juergas. Cuando los hombres sufren heridas de este

tipo, se les huele desde lejos. Ninguna mujer, ningún amor, ningún

cuidado es capaz de sanar semejante herida, sólo la compasión que uno

siente de sí mismo y los cuidados que prodiga a su herida.

Cuando el hombre derrama la lágrima, significa que ha llegado a su

dolor y se percata de ello cuando lo toca. Se da cuenta de que ha vivido

una existencia a la defensiva por culpa de la herida. Se da cuenta de las

cosas que se ha perdido en la vida por este motivo y de lo paralizado que

está su amor por la vida, por su propia persona y por los demás…

Las lágrimas encierran un poder creador. En los mitos, las lágrimas

Producen una inmensa creación y una sincera reunión. En el folclore

herbario, las lágrimas se utilizan como sustancia aglutinante para

asegurarlos elementos, unir las ideas y juntar las almas. Cuando se

derraman lágrimas en los cuentos de hadas, éstas alejan a los ladrones o

provocan el desbordamiento de los ríos. Cuando se rocían, evocan los

espíritus. Cuando se derraman sobre el cuerpo, curan las laceraciones y

devuelven la vista. Cuando se tocan, dan lugar a la concepción.

Clarissa Pinkola

"Mujeres q corren con los lobos"

.comPartido por la loba solitaria de laMedina

para "Las Mujeres Salvajes q corren con lobos"

Luna

 

 

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No nos rendiremos… Seguimos Cantando…

No te rindas

No te rindas, aún estás a tiempo

De alcanzar y comenzar de nuevo,

Aceptar tus sombras,

Enterrar tus miedos,

Liberar el lastre,

Retomar el vuelo.

No te rindas que la vida es eso,

Continuar el viaje,

Perseguir tus sueños,

Destrabar el tiempo,

Correr los escombros,

Y destapar el cielo.

No te rindas, por favor no cedas,

Aunque el frío queme,

Aunque el miedo muerda, Aunque el sol se esconda,

Y se calle el viento,

Aún hay fuego en tu alma

Aún hay vida en tus sueños.

Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo

Porque lo has querido y porque te quiero

Porque existe el vino y el amor, es cierto.

Porque no hay heridas que no cure el tiempo.

Abrir las puertas,

Quitar los cerrojos,

Abandonar las murallas que te protegieron,

Vivir la vida y aceptar el reto,

Recuperar la risa,

Ensayar un canto, Bajar la guardia y extender las manos

Desplegar las alas

E intentar de nuevo,

Celebrar la vida y retomar los cielos.

No te rindas, por favor no cedas,

Aunque el frío queme,

Aunque el miedo muerda,

Aunque el sol se ponga y se calle el viento,

Aún hay fuego en tu alma,

Aún hay vida en tus sueños

Porque cada día es un comienzo nuevo,

Porque esta es la hora y el mejor momento.

Porque no estás solo, porque yo te quiero.

Mario Benedetti

 

 

¡Cuantas veces me mataron, cuantas veces me morí,

sin embargo estoy aquí resucitando!

¡Gracias doy a la desgracia y a la mano con puñal

xq me mató tan mal… que seguí cantando!

¡¡¡Gracias Negra!!! ¡¡¡Gracias Mario!!!

¡¡¡EternaMente ResucitAndoNos!!!

Luna

-Una loba resilente de laMedina-

 

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El Poder de la ImaginAcción

        

EL PODER DE LA IMAGINACIÓN

Érase una vez tres gusanos de seda que ignoraban su futuro como mariposas. Sus nombres eran: Pesimista, Realista e Idealista. Se les acercaba la hora de su transformación y empezaron a sentir los primeros síntomas….

Su voraz apetito fue desapareciendo, su movilidad menguaba a gran velocidad y, finalmente, sintieron como el capullo les aislaba del mundo conocido, de la seguridad de lo cotidiano. En la oscuridad del misterio de su futuro, tuvieron pensamientos distintos:

  • Pesimista se dijo a sí mismo que estaba viviendo el final de su vida, y en lo más profundo de su sentir, se despidió de los buenos momentos.
  • Realista se dio ánimos diciéndose que todo aquello sería momentáneo y que, tarde o temprano, todo volvería a la normalidad.
  • Idealista sintió que, aquello que le estaba ocurriendo, podría ser la oportunidad para que se cumpliese su sueño más preciado: poder volar. Y aprovechó la oscuridad para perfeccionar sus sueños.

Cuando los tres capullos se abrieron, dejaron ver tres realidades iguales y distintas, a la vez…

– Pesimista era una bellísima mariposa, pero…. estaba muerta… Había muerto de miedo.

– Realista era una hermosísima mariposa, pero…. a pesar de ello, empezó a arrastrarse como cuando era gusano. Con satisfacción, dio las gracias al cielo por haber podido seguir igual.

– Idealista, nada más ver la luz del día, buscó sus alas… y al verlas, su corazón rezumó alegría, emprendió el vuelo, y dio las gracias, repartiendo su dicha por todo el bosque.”

                                                                                                        

El relato está extraído del libro “Veintitrés maestros, de corazón. Un salto cuántico en la enseñanza” (disponible en pdf) del profesor de matemáticas y física y divulgador del nuevo paradigma científico y educativo Carlos González Pérez, de quien hablamos en este post.

Con esta metáfora el profesor trataba de explicar a sus alumnos hasta qué punto las creencias nos limitan y condicionan nuestro futuro que tiene muchas más posibilidades de lo que creemos con mentes encorsetadas.

Los cambios producen miedo y resistencias a todos los niveles, pero, sabiendo que las crisis son oportunidades de transformación, es mejor cultivar un optimismo constructivo y fluir…

                                                                                 .comPartido por; la loba solitaria de laMedina

para; Mujeres que corren con lobos

Arco iris

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Día fuera del Tiempo.-

¿Un día fuera del tiempo? ¿Qué puede ser eso?

¿Qué tal ningún día del mes o de la semana?

En el calendario gregoriano es domingo, y es el 25 de julio del 2010.

 ¡pero en el calendario de Trece Lunas/28 días es el Dia Fuera del Tiempo y el comienzo del año nuevo!

La gente de todas partes del mundo desea un cambio, y no puede haber un cambio más completo que cambiar el calendario que usas

para programarte todos los días. Piensa en esto. Si le mencionas "julio" a alguien en Norteamérica, pensará en un abrasador Sol de verano.

 Pero si le dices "julio" a alguien en el sur de Chile o Nueva Zelanda, pensará en el calor de una chimenea en pleno invierno. Eso es muy contradictorio.

De modo que puedes ver que todo esto de los meses y lo que significan, es relativo y sumamente condicionado. Lo mismo es cierto con los días de la semana.

 Si todo es relativo y arbitrario, ¿por qué no tratar algo nuevo?

El Año Nuevo en el calendario de Trece Lunas, por supuesto, no comienza el mismo día que el Año Nuevo gregoriano, el 1 de enero, sino es celebrado

el día siguiente al Día Fuera del Tiempo, así como el Día Fuera del Tiempo es el día siguiente al 364 día del año del calendario de Trece Lunas.

 El día del Año Nuevo de Trece Lunas, 1 Luna Magnética, ocurre el 26 de julio gregoriano. ¿Por qué es así? Originalmente, esa fecha estaba correlacionada

 con la conjunción del Sol con el ascenso de Sirio. Verás, el calendario de Trece Lunas no es sólo una medida orbital lunar-solar, sino está codificado

con ciclos de tiempo galácticos, primordialmente con el ciclo de Sirio. Con el calendario de 13 Lunas, la conciencia humana puede entrar

en una frecuencia superior, una frecuencia de conciencia galáctica.

El Día Fuera del Tiempo es el día para celebrar el arte. Esto es lo que cientos de miles de personas que siguen el nuevo calendario hacen cada año

 el 25 de julio del calendario gregoriano: celebran el tiempo es arte. Y puesto que el arte es la base de una paz constructiva, este día también es celebrado

 como el día de la Paz Internacional a través de la Cultura. La paz a través de la cultura es una premisa fundamental del calendario de 13 Lunas/28 días.

 Cuando celebras el tiempo es arte, estás promoviendo la paz a través de la cultura.

Si asistes a cualquiera de las celebraciones del Día Fuera del Tiempo, seguramente vas a ver la Bandera de la Paz. El símbolo en esta bandera

significa la unidad del arte, la ciencia y la espiritualidad. Desde 1935, esta bandera ha sido reconocida internacionalmente como un instrumento de paz,

 la paz a través de la cultura. Como dice el dicho, "En donde hay paz, hay cultura; en donde hay cultura, hay paz".

Por lo tanto, en donde sea que el Día Fuera del Tiempo sea celebrado, hay el propósito de experimentar el tiempo como arte, y de promover el valor constructivo de la paz a través de la cultura. Por supuesto, esto puede tomar muchas formas, tantas formas como variedades de expresión artística humana existan. Debido a que es paz a través de la cultura, este día está también marcado por ceremonias de perdón universal; es una manera de empezar el Año Nuevo con una pisada limpia y compasiva. Tú haces tus resoluciones de Año Nuevo amando y perdonando a todos antes de que el Nuevo Año haya empezado.

Dale al ser humano un estándar armónico de medida, y entonces un ser humano armónico transitará un camino armónico.

Armonía: de esto es de lo que se trata el Día Fuera del Tiempo.

FESTIVAL MUNDIAL DE LA PAZ,

que se celebra en toda la tierra

LA TIERRA : YO SOY OTRO TU :

DIA FUERA DEL TIEMPO

Link a otros eventos simultáneos en el mundo:

Nodo Global de la Red de Arte Planetaria
http://www.planetartnetwork.info/

***

( link a 13 Lunas.net)
RED DE ARTE PLANETARIA NODO ESPAÑA

Alicante – Amposta-Tarragona – Avila – Barcelona – Caceres – Donostia-San SebastiánFuerteventura – Galicia – Islas Canarias – Lanzarote –  León-PonferradaLleida – MadridMalaga – Navarra – Mallorca – Menorca – IbizaMurcia – Pirineos –  Santa Pola (Alicante)Santiago de Compostela TeruelValencia – Vigo –  Zaragoza
***
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«Las Zapatillas Rojas» Mujeres que corren con lobos. Clarissa Pínkola

 

Aunque algunas Mujeres fieras se apartan de las trampas en el

último momento y sólo sufren algún que otro pequeño desperfecto en el

pelaje, son muchas más las que caen en ellas inadvertidamente y pierden

momentáneamente el conocimiento, mientras que unas quedan

destrozadas,  otras consiguen liberarse y se arrastran

 hasta una Cueva para poder lamerse,

 a solas, las heridas.

Para evitar las celadas y tentaciones con que tropieza una mujer que

se ha pasado mucho tiempo capturada y hambrienta, tenernos que ser

capaces de verlas por adelantado y esquivarlas. Tenemos que reconstruir

nuestra perspicacia y nuestra cautela. Tenemos que aprender a virar.

Tenemos que distinguir las vueltas acertadas y las equivocadas.

Existe algo que en mí opinión es un vestigio de un antiguo cuento de

viejas de carácter didáctico que expone la apurada situación en que se

encuentra la mujer fiera y muerta de hambre. Se lo conoce con distintos

títulos tales como «Las zapatillas de baile del demonio», «Las zapatillas

candentes del demonio» y «Las zapatillas rojas». Hans Christian Andersen

escribió su versión de este viejo cuento y le dio el título citado en tercer

lugar. Como un auténtico narrador, envolvió el núcleo del cuento con su

propio ingenio étnico y su propia sensibilidad.

La siguiente versión de «Las zapatillas rojas» es la germano-magiar

que mi tía Tereza solía contarnos cuando éramos pequeños Y que yo utilizo

aquí con su bendición. Con su habilidad acostumbrada, mi tía siempre

empezaba el cuento con la frase: «Fijaos bien en vuestros zapatos y dad

gracias de que sean tan sencillos… pues uno tiene que vivir con mucho

cuidado cuando calza unos zapatos demasiado rojos.»

 

 

Las zapatillas rojas

Había una vez una pobre huerfanita que no tenía zapatos. Pero

siempre, recogía los trapos vicios que encontraba y, con el tiempo, se cosió

un par de zapatillas rojas. Aunque eran muy toscas, a ella le gustaban. La

hacían sentir rica a pesar de que se pasaba los días recogiendo algo que

comer en los bosques llenos de espinos hasta bien entrado el anochecer.

Pero un día, mientras bajaba por el camino con sus andrajos y sus

zapatillas rojas, un carruaje dorado se detuvo a su lado. La anciana que

viajaba en su interior le dijo que se la iba a llevar a su casa y la trataría

como si fuera su hijita. Así pues, la niña se fue a la casa de la acaudalada

anciana y allí le lavaron y peinaron el cabello. Le proporcionaron una ropa

interior de purísimo color blanco, un precioso vestido de lana, unas

medias blancas y unos relucientes zapatos negros. Cuando la niña

preguntó por su ropa y, sobre todo, por sus zapatillas rojas, la anciana le

contestó que la ropa estaba tan sucia y las zapatillas eran tan ridículas

que las había arrojado al fuego donde habían ardido hasta convertirse en

ceniza.

La niña se puso muy triste, pues, a pesar de la inmensa riqueza que

la rodeaba, las humildes zapatillas rojas cosidas con sus propias manos le

habían hecho experimentar su mayor felicidad. Ahora se veía obligada a

permanecer sentada todo el rato, a caminar sin patinar y a no hablar a

menos que le dirigieran la palabra, pero un secreto fuego ardía en su

corazón y ella seguía echando de menos sus viejas zapatillas rojas por

encima de cualquier otra cosa.

Cuando la niña alcanzó la edad suficiente como para recibir la

confirmación el día de los Santos Inocentes, la anciana la llevó a un viejo

zapatero cojo para que le hiciera unos zapatos especiales para la ocasión.

En el escaparate del zapatero había unos zapatos rojos hechos con cuero

del mejor; eran tan bonitos que casi resplandecían. Así pues, aunque los

zapatos no fueran apropiados para ir a la iglesia, la niña sólo elegía

siguiendo los deseos de su hambriento corazón, escogió los zapatos rojos.

La anciana tenía tan mala vista que no vio de qué color eran los zapatos y,

por consiguiente, pagó el precio. El vicio zapatero le guiñó el ojo a la niña y

envolvió los zapatos.

Al día siguiente, los feligreses de la iglesia se quedaron asombrados

al ver los pies de la niña. Los zapatos rojos brillaban como manzanas

pulidas, como corazones, como ciruelas rojas. Todo el mundo los miraba;

hasta los ¡conos de la pared, hasta las imágenes contemplaban los zapatos

con expresión de reproche. Pero, cuanto más los miraba la gente, tanto

más le gustaban a la niña. Por consiguiente, cuando el sacerdote entonó

los cánticos y cuando el coro lo acompañó y el órgano empezó a sonar, la

niña pensó que no había nada más bonito que sus zapatos rojos.

Para cuando terminó aquel día, alguien había informado a la

anciana acerca de los zapatos rojos de su protegida.

-Jamás de los jamases vuelvas a ponerte esos zapatos rojos! -le dijo

la anciana en tono amenazador.

Pero al domingo siguiente la niña no pudo resistir la tentación de

ponerse los zapatos rojos en lugar de los negros y se fue a la iglesia con la

anciana como de costumbre.

A la entrada de la iglesia había un viejo soldado con el brazo en

cabestrillo. Llevaba una chaquetilla y tenía la barba pelirroja. Hizo una

reverencia y pidió permiso para quitar el polvo de los zapatos de la niña.

La niña alargó el pie y el soldado dio unos golpecitos a las suelas de sus

zapatos mientras entonaba una alegre cancioncilla que le hizo cosquillas

en las plantas de los pies.

-No olvides quedarte para el baile -le dijo el soldado, guiñándole el

ojo con una sonrisa.

Todo el mundo volvió a mirar de soslayo los zapatos rojos de la niña.

Pero a ella le gustaban tanto aquellos zapatos tan brillantes como el

carmesí, tan brillantes como las frambuesas y las granadas, que apenas

podía pensar en otra cosa y casi no prestó atención a la ceremonia

religiosa. Tan ocupada estaba moviendo los pies hacia aquí Y hacia allá y

admirando sus zapatos rojos que se olvidó de cantar.

Cuando abandonó la iglesia en compañía de la anciana, el soldado

herido le gritó:

«¡Qué bonitos zapatos de baile!»

Sus palabras hicieron que la niña empezara inmediatamente a dar

vueltas. En cuanto sus pies empezaron a moverse ya no pudieron

detenerse y la niña bailó entre los arriates de flores y dobló la esquina de

la iglesia como si hubiera perdido por completo el control de sí misma.

Danzó una gavota y después una czarda y, finalmente, se alejó bailando

un vals a través de los campos del otro lado. El cochero de la anciana saltó

del carruaje y echó a correr tras ella, le dio alcance Y llevó de nuevo al

coche, pero los pies de la niña calzados con los zapatos rojos seguían

bailando en el aire como si estuvieran todavía en el suelo. La anciana y el

cochero tiraron y forcejearon, tratando de quitarle los zapatos rojos a la

niña. Menudo espectáculo, ellos con los sombreros torcidos y la niña

agitando las piernas, pero, al final, los pies de la niña se calmaron.

De regreso a casa, la anciana dejó los zapatos rojos en un estante

muy alto y le ordenó a la niña no tocarlos nunca más. Pero la niña no

podía evitar contemplarlos con anhelo. Para ella seguían siendo lo más

bonito de la tierra.

Poco después quiso el destino que la anciana tuviera que guardar

cama y, en cuanto los médicos se fueron, la niña entró sigilosamente en la

habitación donde se guardaban los zapatos rojos. Los contempló allá

arriba en lo alto del estante. Su mirada se hizo penetrante y se convirtió en

un ardiente deseo que la indujo a tomar los zapatos del estante y a

ponérselos, pensando que no había nada malo en ello. Sin embargo, en

cuanto los zapatos tocaron sus talones y los dedos de sus pies, la niña se

sintió invadida por el impulso de bailar.

Cruzó la puerta bailando y bajó los peldaños, bailando primero una

gavota, después una czarda y, finalmente, un vals de atrevidas vueltas en

rápida sucesión. La niña estaba en la gloria y no comprendió en qué

apurada situación se encontraba hasta que quiso bailar hacia la izquierda

y los zapatos insistieron en bailar hacia la derecha. Cuando quería dar

vueltas, los zapatos se empeñaban en bailar directamente hacia delante. Y,

mientras los zapatos bailaban con la niña, en lugar de ser la niña quien

bailara con los zapatos, los zapatos la llevaron calle abajo, cruzando los

campos llenos de barro hasta llegar al bosque oscuro y sombrío.

Allí, apoyado contra un árbol, se encontraba el viejo soldado de la

barba pelirroja con su chaquetilla y su brazo en cabestrillo.

-Vaya, qué bonitos zapatos de baile -exclamó.

Asustada, la niña intentó quitarse los zapatos, pero el pie que

mantenía apoyado en el suelo seguía bailando con entusiasmo y el que ella

sostenía en la mano también tomaba parte en el baile.

Así pues, la niña bailó y bailó sin cesar. Danzando subió las colinas

más altas, cruzó los valles bajo la lluvia, la nieve y el sol. Bailó en la noche

oscura y al amanecer y aún seguía bailando cuando anocheció. Pero no

era un baile bonito. Era un baile terrible, pues no había descanso para

ella.

Llegó bailando a un cementerio y allí un espantoso espíritu no le

Permitió entrar. El espíritu pronunció las siguientes palabras:

-Bailarás con tus zapatos rojos hasta que te conviertas en una

aparición, en un fantasma, hasta que la piel te cuelgue de los huesos y

hasta que no quede nada de ti más que unas entrañas que bailan.

Bailarás de puerta en puerta por las aldeas y golpearás cada puerta tres

veces y, cuando la gente mire, te verá y temerá sufrir tu mismo destino.

Bailad, zapatos rojos, seguid bailando.

La niña pidió compasión, pero, antes de que pudiera seguir

implorando piedad, los zapatos rojos se la llevaron. Bailó sobre los brezales

y los ríos, siguió bailando sobre los setos vivos y siguió bailando y bailando

hasta llegar a su hogar y allí vio que había gente llorando. La anciana que

la había acogido en su casa había muerto. Pero ella siguió bailando porque

no tenía más remedio que hacerlo. Profundamente agotada y horrorizada,

llegó bailando a un bosque en el que vivía el verdugo de la ciudad. El

hacha que había en la pared empezó a estremecerse en cuanto percibió la

cercanía de la niña.

-¡Por favor! -le suplicó la niña al verdugo al pasar bailando por

delante de su puerta-. Por favor, córteme los zapatos para librarme de este

horrible destino.

El verdugo cortó las correas de los zapatos rojos con el hacha. Pero

los zapatos seguían en los pies. Entonces la niña le dijo al verdugo que su

vida no valía nada y que, por favor, le cortara los pies. Y el verdugo le cortó

los pies. Y los zapatos rojos con los pies dentro siguieron bailando a través

del bosque, subieron a la colina y se perdieron de vista. Y la niña,

convertida en una pobre tullida, tuvo que ganarse la vida en el mundo

como criada de otras personas y jamás en su vida volvió a desear unos

zapatos rojos.

 

 

Es más que razonable preguntarse el porqué de la presencia de

episodios tan brutales en los cuentos de hadas. Se trata de un fenómeno

que se registra en los mitos y el folclore de todo el mundo. La monstruosa

conclusión de este cuento es típica de los finales de los cuentos de hadas

cuyo protagonista espiritual no puede completar la transformación que

pretendía.

Psicológicamente, el brutal episodio transmite una apremiante

verdad psíquica. Esta verdad es tan apremiante -y, sin embargo, tan fácil

de desdeñar con un simple «sí, bueno, lo comprendo», por más que con ello

la persona vaya directamente a su condena- que no es probable que

prestemos atención a la alarma si ésta se expresa

en términos más blandos.

En el moderno mundo tecnológico, los brutales episodios de los

cuentos de hadas han sido sustituidos por las imágenes de los anuncios

de la televisión, como los que muestran una instantánea familiar en la que

uno de los miembros de la familia ha sido borrado y un reguero de sangre

sobre la fotografía subraya lo que ocurre cuando una persona conduce en

estado de embriaguez, o esos anuncios que intentan disuadir a las

personas de que consuman drogas ilegales, en los que un huevo friéndose

en una sartén revela lo que ocurre en el cerebro humano cuando uno

consume drogas. El elemento brutal es una antigua manera de conseguir

que el yo emotivo preste atención a un mensaje muy serio.

La verdad psicológica que encierra el cuento de «Las zapatillas rojas»

es que a una mujer se le puede arrancar, robar y amenazar su vida más

significativa o se la puede apartar de ella por medio de halagos a no ser

que conserve o recupere su alegría básica y su valor salvaje. El cuento nos

invita a prestar atención a las trampas y los venenos con los que

fácilmente tropezamos cuando estamos hambrientas de Alma salvaje.

Sin una firme participación en la naturaleza salvaje, una mujer se

muere de hambre y cae en la obsesión de los «me siento mejor», «déjame en

paz» y «quiéreme… por favor».

Cuando se muere de hambre, la mujer acepta cualquier sucedáneo

que se le ofrezca, incluyendo los que, como placebos inútiles, no le sirven

absolutamente para nada y los que son destructivos, amenazan su vida y

le hacen perder lastimosamente el tiempo y las cualidades o exponen su

vida a peligros físicos. El hambre del alma induce a la mujer a elegir cosas

que la harán bailar locamente y sin control… hasta llegar finalmente a la

casa del verdugo.

Por consiguiente, para comprender más profundamente este cuento,

tenemos que percatarnos de que una mujer puede extraviar totalmente el

camino cuando pierde su vida instintiva y salvaje. Para conservar lo que

tenemos y encontrar de nuevo el camino de lo femenino salvaje, tenemos

que saber qué errores comete una mujer que se siente tan atrapada.

Entonces podremos retroceder y reparar los daños.

 Entonces podrá tener lugar la reunión.

La pérdida de las zapatillas rojas hechas a mano

representa la pérdida de la vida personalmente diseñada y de la

apasionada vitalidad de una mujer, así como la aceptación de una

existencia excesivamente domesticada, lo cual conduce a la larga a la

pérdida de una percepción fiel, que provoca a su vez los excesos que llevan

a la Pérdida de los pies, la plataforma que nos sostiene, nuestra base, una

Parte muy profunda de la naturaleza instintiva que sostiene nuestra libertad.

«Las zapatillas rojas» nos muestra cómo se inicia el deterioro y a qué

estado nos reducimos si no intervenimos en nombre de nuestra

propia naturaleza salvaje.

 No nos engañemos, cuando una mujer se esfuerza por

intervenir y luchar contra su propio demonio cualquiera que éste sea, su

esfuerzo es una de las batallas más dignas que se pueden emprender tanto

desde el punto de vista arquetípico como desde la perspectiva de la

realidad consensual. Aunque la mujer pudiera llegar como en el cuento

hasta el fondo del mayor de los abismos por medio del hambre, la captura,

el instinto herido, las elecciones destructivas y todo lo demás, el fondo es

el lugar que alberga las raíces de la psique. Allí están los apuntalamientos

salvajes de la mujer. El fondo es el mejor terreno para sembrar y volver a

cultivar algo nuevo. En este sentido, alcanzar el fondo, aunque sea

extremadamente doloroso, es también llegar al terreno de cultivo.

Aunque por nada del mundo desearíamos la maldición de los

perjudiciales zapatos rojos y la consiguiente disminución de vida ni para

nosotras ni para las demás, hay en esta ardiente y destructiva esencia algo

que combina la vehemencia con la sabiduría en la mujer que ha bailado la

danza maldita, que se ha perdido a sí misma y ha perdido la vida creativa,

que se ha precipitado al infierno con un barato (o caro) bolso de mano y

que, sin embargo, se ha mantenido aferrada en cierto modo a una palabra,

un pensamiento, una idea hasta que, a través de una rendija, pudo

escapar a tiempo de su demonio y vivir para contarlo.

La mujer que ha perdido el control bailando, que

ha perdido el equilibrio y ha perdido los pies y comprende el estado de

privación a que se refiere el final del cuento de hadas,

posee una sabiduría valiosa y especial.

Es como un saguaro,

un espléndido y hermoso cactus

que vive en el desierto.

A los saguaros se los puede llenar de orificios de bala, se les pueden

practicar incisiones, se los puede derribar y pisotear, y ellos siguen

viviendo, siguen almacenando el agua que da la vida,

 siguen creciendo salvajes y, con el tiempo, se curan.

Los cuentos de hadas terminan al cabo de diez páginas, pero

nuestras vidas no. Somos unas colecciones de varios tomos. En nuestras

vidas, aunque un episodio equivalga a una colisión y una quemaduras

siempre hay otro episodio que nos espera y después otro. Siempre hay

oportunidades de arreglarlo, de configurar nuestras vidas de la manera

que merecemos. No hay que perder el tiempo odiando un fracaso,

El fracaso es mejor maestro que el éxito.

 Presta atención, aprende

y sigue adelante…

«Mujeres que corren con lobos»

-Clarissa Pínkola-

https://aulli2.wordpress.com

«El Clan de la Cicatriz»

#Aulli2 

 

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El Solsticio de Verano. La Noche mas corta.

 
 
 -21 de junio-
MidSummer o Pleno Verano

fairy

 La noche más corta del año, y una noche tradicionalmente propicia para la magia y ritos amorosos.

 De acuerdo al antiguo calendario pagano, el verano comienza en Beltane y termina en Lammas / Lughnassadh. El solsticio marca entonces su punto máximo.

 Es el apogeo del tema que desde Imbolc venimos preparando; el fin de la oscuridad, de la esterilidad, y el comienzo de la época más fertil, donde todo se renueva, al calor del amor y la pasión de los Dioses. 

 El nombre Litha es relativamente moderno, probablemente derivado de la palabra sajona que significa “el opuesto de Yule”. 

  El Solsticio de Verano, en el que el Dios alcanza su mayor poderío antes de empezar a decaer.    

 La Luna de la Fuerza Solar o Luna de Miel    
Nos trae la luna de la fuerza solar, el Dios Sol está en su máximo reinado y con el toda su fortaleza y vitalidad. 

 Para aprovechar la energía de la tierra, busquemos un lugar confortable donde no seamos molestados recostémonos…  

sintamos como la tierra nos atrae con fuerza hacia su centro, después imaginemos como esa misma energía nos inunda…   al levantarnos nos sentiremos renovados. 


Significado: el fin de la oscuridad, de la esterilidad, y el comienzo de la época más fertil, donde todo se renueva, al calor del amor y la pasión de los Dioses.

Plantas y Hierbas: Lavanda, Manzanilla, Rosas, Margaritas, Lirio,camomila, el sauco, el hinojo, el espliego, la hierba de San Juan, la verbena

Inciensos: Incienso, Limón, Rosa, Lavanda.

Aceites: Incienso, Limón, Rosa, Lavanda

Colores: rojo, naranja, verde, amarillo, blanco.
Todo lo que evoque el poder de la naturaleza y el del sol.

Piedras: ámbar, jade, ojo de tigre, ojo de gato, jaspe, peridoto, venturina, rubi, esmeralda, cuarzos.   Comidas típicas de Litha: Frutos y Frutas frescas de estación (como el melón, bananas, ananas, duraznos, peras, tomates, frutillas…)

Bebidas: cualquiera que desees hacer con frutas de la estación! O los típicos agua, cerveza o vino blanco.

Deidades: La Diosa Madre, la Pachamama, Dioses solares de los distintos panteones (como Balder de la mitología nórdica), Diosas de la fertilidad y el amor.
 

 
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La Voz mitológica de la Mujer Salvaje…

Luna

La vieja, la Mujer Salvaje, es La voz mitológica que conoce el pasado,

conserva nuestra antigua historia y nos la transmite en los cuentos.

A veces la soñamos como una hermosa voz incorpórea.

Como la doncella-hechicera, nos muestra lo que significa no estar

marchita sino arrugada. Los niños nacen instintivamente arrugados.

Saben en lo más hondo de sus huesos lo que está bien y lo que hay que

hacer al respecto. Se trata de algo innato. Si una mujer logra conservar el

regalo de ser vieja cuando es joven y de ser joven cuando es vieja, siempre

sabrá lo que tiene que esperar. Pero, si lo ha perdido, lo puede recuperar

mediante un decidido esfuerzo psíquico.

Luna 

La Loba, la Vieja del desierto, es una buscadora de huesos

En la simbología arquetípica, los huesos representan la fuerza indestructible.

 No se prestan a la destrucción. Por su estructura, cuesta quemarlos y resulta

casi imposible pulverizarlos. En el mito y en el cuento representan el

espíritu del alma indestructible. Sabemos que el espíritu del alma se puede

lastimar e incluso mutilar, pero es casi imposible matarlo.

El alma se puede abollar y doblar. Se la puede herir y dañar.

Se pueden dejar en ella las señales de una enfermedad y las señales

de las quemaduras del temor. Pero no muere porque está protegida por La Loba

en el mundo subterráneo. Es a un tiempo la descubridora y la incubadora de los huesos.

 

     

Los huesos pesan lo bastante como para que se pueda hacer daño

con ellos, son lo bastante afilados como para cortar la carne y, cuando son

viejos y se los pellizca, tintinean como el cristal. Los huesos de los vivos

están vivos, son capaces de crear por sí mismos y se renuevan

constantemente. Un hueso vivo tiene una "piel" curiosamente suave y, al

parecer, tiene cierta capacidad de regenerarse. E, incluso cuando es un

hueso seco, se convierte en el hogar de minúsculas criaturas. Los huesos

de lobo de esta historia representan el aspecto indestructible del Yo

salvaje, la naturaleza instintiva, la criatura entregada a la libertad y lo

intacto, es decir, aquello que jamás podrá aceptar los rigores y las

exigencias de una cultura muerta o excesivamente civilizadora.

Las metáforas de esta historia tipifican todo el proceso de

conducción de una mujer hasta la totalidad de sus sentidos salvajes

instintivos. En nuestro interior vive la vieja que recoge huesos. En nuestro

interior están los huesos del alma de este Yo salvaje. Y en nuestro interior

tenemos la capacidad de volver a configurarnos como las criaturas salvajes

que antaño fuimos y tenemos los huesos que nos pueden cambiar

y pueden cambiar nuestro mundo,

y tenemos el aliento, nuestras verdades

y nuestros anhelos; juntos constituyen el canto,

el himno de la creación que siempre hemos ansiado entonar.

-Clarissa Pínkola-

"Mujeres que corren con los lobos"

 

compartido por; La loba Solitaria

Luna

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