Toda mujer tiene potencialmente acceso al Río bajo el Río.
Llega allí a través de la meditación profunda, la danza, la escritura, la pintura, la oración,
el canto, el estudio, la imaginación activa o cualquier otra actividad que exija una intensa alteración de la conciencia.
Una mujer llega a este mundo entre los mundos a través del anhelo
y la búsqueda de algo que entrevé por el rabillo del ojo.
Llega por medio de actos profundamente creativos,
a través de la soledad deliberada y del cultivo de cualquiera de las artes.
Y, a pesar de todas estas actividades tan bien practicadas,
buena parte de lo que ocurre en este mundo inefable sigue envuelta en el misterio,
pues rompe todas las leyes físicas y racionales que conocemos.
-Karissa Pinkola-
"Mujeres que corren con Lobos"
Sueño con Serpientes.- Silvio Rodriguez


