Para ganarse el corazón de la mujer salvaje,
una pareja deberá entender plenamente la dualidad natural en ella.
Cualquier persona cercana a una mujer salvaje de hecho está en presencia de dos mujeres:
un ser externo y una criatura interna, una que vive en el mundo de arriba,
y otra que vive en el mundo no tan fácilmente visible.
El ser externo vive bajo la luz del día y es fácilmente observable.
A menudo es pragmática, aculturada, y muy humana.
La criatura, no obstante, con frecuencia viaja a la superficie desde muy lejos,
a menudo apareciendo para luego desaparecer con la misma velocidad,
sin embargo dejando siempre tras de sí un sentimiento: algo sorprendente, original y sabio.
Una mujer posee tremendos poderes cuando los aspectos duales individuales
son reconocidos conscientemente y contemplados como unidad,
sosteniéndolos juntos en lugar de mantenerlos separados.
El Poder de Dos es muy fuerte y ninguno de los dos lados de la dualidad debe ser desatendido.
Necesitan ser alimentados por igual, pues juntos aportan un poder sobrenatural al individuo.
¡Un abrazo Azul intenso!
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